La voladura de un edificio de nuestra ciudad requiere siempre de personal especializado en demoliciones en Madrid, y consiste en colocar material explosivo en puntos de la estructura llamados “de carga” para que, al momento de la detonación, el estallido ocurra hacia el interior del edificio a derribar, minimizando los riesgos para los alrededores. Este tipo de derribos se suele hacer en puentes, torres, túneles y edificios.

Siempre debe haber una planificación previa, aunque la demora en la demolición varía según la estructura que queramos derribar. Una chimenea, en Movimientos de Tierra Ercon, la podemos demoler de un día para otro, pero un rascacielos, por ejemplo, requiere de una planificación de seis meses como mínimo, pues se han de buscar los puntos estructurales donde colocar las cargas de forma que resulte lo más seguro posible. Los materiales explosivos más utilizados son la dinamita o la nitroglicerina, que cuentan con la potencia suficiente para romper el hormigón armado. Un edificio se puede demoler por muchas razones, daños estructurales, ilegalidad en su construcción, insalubridad, o para construir otro elemento arquitectónico en su lugar.

Fue necesario que transcurrieran muchos años hasta que se desarrolló la técnica de demolición segura que hoy utilizamos en las demoliciones en Madrid. Muchos accidentes, como la mala explosión de un hospital en Australia, terminaron en un gran desastre, con proyectiles disparados hacia todos lados y  una niña de 12 años resultó muerta. Por eso, para garantizar nuestra seguridad y la de terceros, es siempre imprescindible acudir a un profesional en caso de que necesitemos demoler cualquier estructura.